• Nota biográfica de Roberto Miguel Cataldi Amatriain

Conflictos, Intereses & Armonías

~ Blog sobre Crítica Cultural / por Roberto M. Cataldi Amatriain

Conflictos, Intereses & Armonías

Archivos diarios: diciembre 6, 2016

Entre la Literatura y la Ciencia

06 martes Dic 2016

Posted by Roberto Cataldi in Todos los artículos

≈ Deja un comentario

A mediados de la década del 90 coordiné una mesa redonda sobre literatura, medicina y ética, donde participaron como panelistas, Alicia Jurado de la Academia Argentina de Letras y José Isaacson del PEN Club Internacional. Unos días antes hablé por teléfono con Alicia sobre el tema y me dijo que entre la literatura y la medicina no existía ninguna relación. Me sorprendió su afirmación, luego pensé que podía tratarse de una boutade. Un rato antes de comenzar la reunión,  les dije que estaban en plena libertad para abordar el tópico que les pareciese, pues, de esa manera procuraba darle cierta dinámica al encuentro. La reunión salió muy bien, según confirmaron los asistentes. Jurado abordó los problemas sociales del aborto y el concepto de infalibilidad papal, mientras Isaccson mencionó las características de la relación médico-enfermo y los aspectos mercantilistas. Pero mi objetivo no se cumplió, ninguno se metió en el terreno donde la literatura se cruza con la ciencia, teniendo como marco a la ética. Tengamos presente que Isaccson no solo es filósofo y poeta, se graduó de ingeniero en la UNLP y, Alicia además de novelista y ensayista, era licenciada  en ciencias naturales por la UBA, con un hijo ingeniero y una hija médica. En otras palabras, para ninguno de los dos, dedicados en cuerpo y alma a la literatura, el mundo de la ciencia les resultaba extraño. Yo llevaba ciertos comentarios para analizar así como citas famosas de médicos de la antigua Grecia que también fueron filósofos y poetas. Claro que además de los griegos no olvidé a Maimónides, tampoco a Averroes, Antón Chéjov, Gregorio Marañón, José Ingenieros, Pedro Laín Entralgo, entre otros. En fin, la experiencia me ha enseñado que cuando un panel se mueve con absoluta libertad, uno jamás sabe como finalizará (eso es lo interesante), y con los hechos y sucesos de la vida cotidiana pasa algo similar. A ambos los recuerdo con admiración por el talento y la seriedad de sus trabajos.

En alguna oportunidad he sido testigo de la descalificación de un artículo científico no porque su contenido careciera de solvencia, sino porque era muy literario y poco científico. Es decir, el cuestionamiento no era tanto metodológico sino más bien formal, tenía que ver con la manera de presentar el tema, la hipótesis de trabajo, los datos obtenidos, así como la discusión y las conclusiones. El artículo no carecía de validez científica, el problema era el estilo con que el autor redactó su informe, distante de la preceptiva científica y afín a la literatura. También he sido testigo de la situación inversa. Como ser, que en las llamadas ciencias humanas o del espíritu, concepto epistemológico que designa a un grupo de disciplinas cuyo objeto es el ser humano en su relación con el lenguaje, el arte, el pensamiento y la cultura en general, el discurso tenía un lenguaje científico, pese a que en el fondo no decía  nada nuevo o revelador.

Creo que cuando alguien habla de cultura, salud, educación, dignidad, libertad, democracia, todos sabemos de qué se habla, o quizá creemos saberlo. Pero cuando nos piden que definamos esos términos nos enfrentamos a un serio problema. La prueba es que hay innumerables definiciones para cada uno de ellos, lo que revela que no existe una definición certera que a todos nos deje satisfechos. También se habla de “literatura médica” como un conjunto de obras propias de la medicina. Y en el lenguaje coloquial, decimos con ánimo crítico que el discurso de tal político tiene mucho de literatura por no decir de palabrería o verborragia.

A esta altura es menester preguntarse: ¿qué caracteriza a la literatura y en qué se diferencia de la ciencia? Desarrollar el tema nos llevaría mucho tiempo, pero dada la brevedad del artículo procuraré dar algunas pistas.

La literatura tiene que ver con el arte de la palabra, pues, la literatura se hace con palabras. Las obras literarias suelen clasificarse según el género, la época o la nación. Wallace Stevens, que trabajó toda su vida como abogado de compañías de seguro, consideraba que el poeta mira el mundo como un hombre mira a una mujer, es decir, con amor, y que tiene que amar las palabras, las ideas, las imágenes y los ritmos. Por eso la poesía tiene que ver con el amor. La literatura de ficción, que se representa habitualmente en la novela y el cuento, pero también en el relato cinematográfico, hace alusión a lo inventado o fingido. El teatro se acomoda muy bien a la literatura ficcional, pero tiene una fuerte impronta oral. El género ensayístico permite una gran libertad de pensamiento y obviamente de expresión, hasta da cabida a la imaginación, y como decía el pedagogo francés Jacky Beillerot, tiene una capacidad de imaginario que puede rendir cuenta de lo real de una manera diferente de la investigación.

No recuerdo dónde leí que la ideología es la representación imaginaria de los individuos con sus condiciones verdaderas de vida. En consecuencia, la literatura tiene mucho que ver, tanto por lo de la representación como por lo de la imaginación.

La ciencia, en cambio, está guiada por la investigación y regida por un método, que llamamos el método científico. En la evaluación de una publicación científica uno pretende hallar las respuestas a una serie de preguntas puntuales que suelen consignarse al inicio del artículo. Ante tanta información, imposible de procesar en la mente, uno pretende que el informe -en la medida de lo posible- sea breve, además de claro y preciso. Nadie espera de un científico el métier  de un escritor o el conocimiento de la lengua de un gramático, pero sí que sepa redactar. El rigor científico incluye los datos estadísticos, cuyo análisis debe ser cuidadoso, ya que en ocasiones la recopilación de datos posee un sesgo ideológico o institucional.

Las estadísticas, que pueden estar bien hechas o incluso fraguadas (de estas últimas los argentinos sabemos mucho), se prestan a diferentes interpretaciones. Me viene a la memoria que para Borges, maestro de la ironía, la normalidad y la democracia eran  cuestiones estadísticas, y que Josef Stalín, a quien responsabilizan del Holodomor entre otros crímenes, sostuvo que la muerte de un individuo constituía una tragedia, pero un millón de muertes era sólo una estadística. A veces pienso que la realidad se nos presenta como una especie de test de Rorschach, es decir, una mancha en la que cada uno cree ver una cosa diferente.

La actual realidad científica, tecnológica, literaria, en suma cultural, se le ofrece al gran público a través de los medios periodísticos. Y la preocupación de los grandes medios pasa por la noticia, por el estruendo mediático que llega a describir grandes hechos que pueden ser falsos, mientras olvida o ignora verdades que considera minúsculas, pero que habitualmente la literatura recoge porque sabe captarlas. Hay voces que alertan por el peligro actual de que la literatura se vuelva periodística, que la creación literaria se torne indistinguible del periodismo. Pensemos que muchos de los grandes escritores del siglo pasado y del actual han cultivado el periodismo y, buena parte de su obra hay que rastrearla en los periódicos.

La crónica y la historia son géneros que acaparan la curiosidad de los lectores. Hace pocos días murió Fidel Castro. No recuerdo cuántas crónicas leí en los periódicos. Para algunos era un ángel, para otros un demonio. Pocos análisis revelan imparcialidad de juicio. En medio de las turbulencias pasionales es muy difícil expedirse con un juicio equilibrado. Hace falta tiempo para establecer una vía entre el reconocimiento y la condena de lo que aconteció en Cuba durante medio siglo. Recuerdo que en la Fundación Universitaria Española, frente al Parque del Retiro de Madrid, concurrí a un curso de filosofía y, quien nos daba lógica, conocía a Fidel desde su adolescencia, pues, este jesuita lo tuvo como alumno durante dos años en el colegio de la Habana al que asistía. Corría la década del 70, estábamos en plena Guerra Fría, y ya Fidel tenía mucho de mito. Nosotros le preguntábamos al profesor cómo era de adolescente, y nos decía que sumamente sociable, sin dudas el más sociable de la clase (…)

Buscar artìculos

Artículos Recientes

  • La Medicina y Yo.
  • El pensamiento independiente y la debacle global actual
  • Acerca de la comprensión y la memoria.
  • La erudición y la oralidad en decadencia
  • Cuando la verdad se considera una ofensa

Últimos comentarios

  • María en Si mi verdad valiera tu mentira
  • Laura en La riqueza: entre la virtud y el vicio.
  • Jorge Eduardo Dimov en Saliendo de la cuarentena con discusiones decimonónicas y esperando la vacuna
  • Amanda en ¿Democracia o voluntad tutelada?
  • Christian de Paul de Barchifontaine en Las luces y las sombras en el arte y el sexo

Archivo

  • mayo 2025
  • abril 2025
  • marzo 2025
  • febrero 2025
  • enero 2025
  • diciembre 2024
  • noviembre 2024
  • agosto 2024
  • junio 2024
  • abril 2024
  • marzo 2024
  • febrero 2024
  • enero 2024
  • diciembre 2023
  • octubre 2023
  • septiembre 2023
  • agosto 2023
  • julio 2023
  • junio 2023
  • mayo 2023
  • abril 2023
  • marzo 2023
  • febrero 2023
  • noviembre 2022
  • octubre 2022
  • septiembre 2022
  • agosto 2022
  • julio 2022
  • junio 2022
  • mayo 2022
  • abril 2022
  • marzo 2022
  • febrero 2022
  • enero 2022
  • diciembre 2021
  • noviembre 2021
  • octubre 2021
  • septiembre 2021
  • agosto 2021
  • julio 2021
  • junio 2021
  • mayo 2021
  • abril 2021
  • marzo 2021
  • febrero 2021
  • enero 2021
  • diciembre 2020
  • noviembre 2020
  • octubre 2020
  • septiembre 2020
  • agosto 2020
  • julio 2020
  • junio 2020
  • mayo 2020
  • abril 2020
  • marzo 2020
  • enero 2020
  • diciembre 2019
  • noviembre 2019
  • octubre 2019
  • septiembre 2019
  • agosto 2019
  • julio 2019
  • junio 2019
  • mayo 2019
  • enero 2019
  • diciembre 2018
  • noviembre 2018
  • octubre 2018
  • septiembre 2018
  • agosto 2018
  • julio 2018
  • junio 2018
  • mayo 2018
  • abril 2018
  • marzo 2018
  • febrero 2018
  • enero 2018
  • diciembre 2017
  • noviembre 2017
  • octubre 2017
  • septiembre 2017
  • agosto 2017
  • julio 2017
  • junio 2017
  • mayo 2017
  • abril 2017
  • marzo 2017
  • enero 2017
  • diciembre 2016
  • noviembre 2016
  • octubre 2016
  • septiembre 2016
  • agosto 2016
  • julio 2016
  • junio 2016
  • mayo 2016
  • abril 2016
  • febrero 2016
  • diciembre 2015
  • octubre 2015
  • agosto 2015
  • junio 2015
  • diciembre 2014
  • octubre 2014
  • agosto 2014
  • junio 2014
  • mayo 2014
  • marzo 2014
  • enero 2014
  • diciembre 2013
  • octubre 2013
  • septiembre 2013
  • agosto 2013

Categorías

  • Todos los artículos
diciembre 2016
L M X J V S D
 1234
567891011
12131415161718
19202122232425
262728293031  
« Nov   Ene »

Proudly powered by WordPress Tema: Chateau por Ignacio Ricci.